Hoy asistí al PARALIBROS PATOLLI SAN MIGUEL TEOTONGO impartiendo el taller de collage "Ilustrar sin dibujar" a las 12:00 horas, la dirección es Calle Jacarandas esquina Avenida de las Torres, Colonia San Miguel Teotongo, Iztapalapa, México, D.F., por si les queda cerca y quieren leer un buen libro, es como una biblioteca con mucho de lo mejor que se edita en México.
La actividad comienza con una breve y sencilla explicación los asistentes al taller, algunos con ayuda de sus padres pintan el papel de china.
La actividad comienza con una breve y sencilla explicación los asistentes al taller, algunos con ayuda de sus padres pintan el papel de china.
A este niño lo estaba ayudando su papá, fue muy gratificante ver como reclamaba su espacio. El podía solo. En la imagen veo un corazón.
Ellos tres son hermanos, estaban jugando videojuegos en casa y sus padres decidieron llevarlos al parque y sorpresivamente estaban involucrados en una actividad inesperada.
El resultado del contacto con las materias. El producto colectivo de ocho manos trabajando en un mismo espacio, nadie se asume como el autor, pero todos nos sentimos igualmente satisfechos del resultado.
Ponemos a secar los papeles. En un día soleado este evento no va mas allá de 5 minutos.
Una lectura para inspirarnos mientras secaban los papeles.
De regraso a la segunda etapa del ejercicio.
Le pedí a esta señora que hiciera uno, para que no se aburriera viendo a su hijo mientras terminaba.
-Ay no -me dice -¿Y que tal que salen todos mis traumas? Noooo -continúa.
-Eso es lo mejor -le digo -el ejercicio es terapéutico, lo que sale se queda en el papel.
Convencida decide participar. Considero muy necesario hacer una actividad artística, yo al menos, que lo practico, reconozco que en un momento dado olvido pensar, la mente se silencia, una vez que pasa el efecto (al terminar la actividad) la realidad se percibe de otra manera y me reconozco diferente, me reconozco mejor.
La sugerencia es que corten y peguen trocitos de papel y algo surguirá poco a poco.
Reconozco que el ejercicio me resulta muy valioso, no juzgan su trabajo, no piden opiniones, no titubean, no se limitan, no se cuestionan y eso es la lección mas grande para mí. Los niños simplemente dan rienda suelta a su creatividad, sin tener claro el resultado.
Notese la ansiedad de esta mamá (arriba) que quería apoyar a su hijo, finalmente decide dejarlo trabajar solo, lo mas interesante es que al pincipio no quería trabajar, pero en cuanto vio a sus hermanas haciendo la actividad, se entusiasmó y decidió participar.
Un volcán (arriba), con su creador (abajo). Me motivan estas caras de felicidad por lograr una meta. Algunos dejan su trabajo en la mesa como seguramente acostumbran hacer en la escuela y es mas grande su sorpresa cuando les digo que se los lleven que es suyo, lo reciben como si fuera un regalo, a mi me basta con una fotografía y así debería ser en las escuelas.
También Eric, encargado del espacio, participó con la creación de su imagen. No les pregunto a las personas como se sienten una vez que han terminado de trabajar, pero lo veo en sus rostros. Pasan de una expresión de escepticismo a una expresión de contento.
Nunca veo los rostros de frustración como los he visto en innumerables talleres de ilustración con ilustradores profesionales, todo cuanto hacen estas niñas y niños en el taller esta bien hecho porque es el inicio de algo mas grande, el fomento de su confianza, algún día si algunos o todos lo deciden serán unos artistas en todo aquello que emprendan, trabajaran sin la sombra del juicio personal.
He aquí el resultado de la mamá que tenía la preocupación de plasmar sus traumas. Si una cosa he aprendido es que las personas se comunican a travéz de imágenes igualmente que hablamos y escribimos, pero no hay muchos que puedan descifrar lo que alguien mas a dibujado, por esta razón el menosprecio de esta forma de comunicación ante las otras formas de comunicación y a quien le importa cuando consigues sentirte mejor.
Arriba en primer plano una casita, abajo un carro y una montaña, lo mejor las sonrisas de satisfacción.
Al final y ya que estaban terminando sus hijos, esta señora seguía ansiosa por participar, vio una textura que le pareció conocida, la motivo a realizarla, pero eneste caso su marido también quería participar, se llevaron algunos materiales para realizar otros ejercicios en casa.
Otra casita, que representa otra lección para mi como ilustrador, la importancia de dibujar tu entorno por encima de los motivos fantásticos, dibujar lo cotidiano y después pensar en ilustrar las metáforas visuales, sin olvidar la propia personalidad expresada en la reiterpretación de los colores y las formas.
Abajo, lo que parecía un dinosaurio se transformo en un reptil muy conocido.
El cocodrilo.
Y que hago el mío (abajo), y que les pregunto a los niños -¿qué parece?
Rápidamente me responde uno de ellos -¡un cocodrilo!
Algunos padres seguro vieron lo mismo que yo y nos sonreímos por lo sorpresivo de la respuesta.
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