2012/07/27

Ilustrar sin dibujar

En días recientes he sido invitado por  Salas de Lectura, Programa Nacional del CONACULTA para la formación de lectores, la cita fue en los Paracuentos ubicados en el Castillo de Chapultepec en el Bosque de Chapultepec, otro mas en la Fonoteca Nacional, Francisco Sosa 383, Barrio de Santa Catarina, delegación Coyoacán, dos cedes con de gran valor histórico para nuestro país. La próxima presentación será en PARALIBROS PATOLLI SAN MIGUEL TEOTONGO en Calle Jacarandas esquina Avenida de las Torres, Colonia San Miguel Teotongo, Iztapalapa, México, D.F., a las 12:00 del día.

La invitación que me hicieron fue para hacer alguna actividad con los niños en la idea de que los libros contienen imágenes y que estas también se leen, las imágenes no son solo un adorno del libro, son un complemento que motiva la  reflexión del lector y reta a su imaginación. Desde el principio pence en hacer alguna actividad manual que no implicara propiamente dibujar, a lo largo de mi carrera he encontrado a personas que se limitan con la idea de no poder dibujar, pero en general nadie dice que no a una actividad que sea fácil de realizar, es decir, dibujar un punto o una raya, pegar un recorte de papel, así pueden pasar 5 minútos y disfrutan de la actividad sin reparar en que están involucrados en un ejercicio creativo, cuando menos lo piensan ya están creando una imagen que les es familiar.  


La pintura a la acuarela ofrece un resplandor y una pureza de color que ningún otro medio puede alcanzar. La clave hacia el éxito con la acuarela es entender las propiedades únicas de este medio, el uso de mucha agua y poco color da como resultado una agama de colores transparentes que eliminan los límites entre los elementos de la imagen, cada elemento se entrelaza de forma sutil. En “La vida útil de Pillo Polilla” de la escritora Vivian Manzur, las ilustraciones las realice con acuarelas, las caracteristicas del color me ofrecían una posibilidad de crear un personaje delgado y frágil como imaginaba a Pillo Polilla.  Lleve muestras del trabajo de Pillo Polilla para mostrar los resultados de la técnica de acuarela. Sin embargo la técnica que les proponía era un poco distinta. 

Los participantes, casi todos niños, ya estaban ansiosos por usar los materiales que había colocado sobre las mesas, Colorantes líquidos para alimentos, varios colores, pinceles de media pulgada de ancho, papel china blanco, lápices adhesivos, tijeras escolares.
El ejercicio consiste en poner algunas gotas de colorante en el papel, previamente humedecido con agua aplicada con atomizador. Con un pincel se distribuye de manera uniforme el color sobre la delgada superficie del papel china, se consigue   que se combinen los colores, siempre conviene poner mas agua en este proceso. Cada alumno trabajara en un pliego de papel china.
Es muy importante cubrir de color prácticamente toda la superficie del papel, habrá áreas con colores puros y muy concentrados, pero otras mas serán de colores secundarios, zonas donde los colores se mezclan para enriquecer la gama de colores, en este punto me doy cuenta de que cualquier color se puede mezclar con cualquier otro color, que todos los colores son absolutamente combinables con una gama infinita de tonos y de gamas de color.
Cada niño practica sus pinceladas de forma distinta a los demás y eso enriquece las texturas de colores en el papel. Lo siguen es poner a secar nuestros papeles. No pasaran mas de 15 minutos antes de que estén completamente secos; mientras tanto los niños escuchan un cuento de voz de Evelyn Andraca, para echar a volar su imaginación, muchas de estas imagenes que aparecen en sus mentes verán la luz en el papel.
En la cuarta etapa del ejercicio cada participante recorta el papel previamente pintado, se sugiere que se recorten con tijeras formas geométicas para crear un mosaico de colores o tiras recortartadas a mano para que hagan una composición en alguna cartulina, pegando con lápiz adhesivo, tambien se pueden hacer practicas de papel picado. Finalmente cada uno empieza a recortar pedacitos de color con sus propias manos, como si realizaran una colección de puntos o de líneas, una vez que han reunido suficientes recortes comienzan a trabajar.

Algunos terminan antes que otros, les pregunto que es lo que han hecho como ilustracion y me explican muy emocionados, a mi tambien me emociona y les solicito que escriban en la parte posterior un cuento con los nombres de los personajes que han creado.

El objetivo del ejercicio, es que los participantes tengan la experiencia de un proceso creativo para deben crear imágenes sin conocimientos previos de dibujo y que inspiran textos no planeados. Tiene por objetivo derrumbar falsos mitos como las afirmaciones de “yo no se dibujar” o “no se me ocurre que podría escribir”. El proceso natural del ejercicio lleva de la mano al participante, que sin detenerse a meditar en cada etapa del ejercicio, tiene la conciencia plena de que lo que se le solicita no es difícil de hacer. Esto último aplica a los padres de los niños que nos acompañan les solicito que en vez de ayudar a sus hijos hagan su propia ilustración, algunos aceptan con gusto y entusiasmo y otros cierta incertidumbre "al que dirán", en cualquier caso se divierten con los niños a pesar de la incomodidad que les representa trabajar en mesitas diseñadas para niños. Casi podría desirce que los padres observan el trabajo de los niños para ver como realizan su propio trabajo.


A continuación imágenes que hablan por si mismas de la actividad en el Paralibros del Castillo de Chapultepec.





























Debo confesar que a mi me gustaba el resultado del papel china pintado y me costaba trabajo romperlo indiscriminadamente, sin tener un plan de ilustración previo. La experiencia con los niños a sido fabulosa, al verlos cortar y pegar el papel sin saber a ciencia cierta como quedaría finalmente su trabajo, entendí que así debería trabajar yo mismo, hoy día he llenado una libreta de apuntes con esta técnica que ya estaré subiendo al blog.

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