Como parte de las actividades de promoción a la lectura promovido por el Programa Salas de Lectura en esta ocasión en la explanada de Bellas Artes. Fui invitado a realizar una ilustración de gran formato inspirada en un texto que se va formando con la creatividad de los asistentes que quieran participar, esa actividad consiste en dar continuidad al cuento que van proponiendo los escritores espontáneos que asisten al evento. Yo fui el segundo ilustrador en participar, al fondo de la imagen con pantalones rojos se ve a Valeria Gallo, ella fue primera y tomó el texto con el que se inicio la actividad.
Comencé mi proceso creativo sin leer lo que se llevaba escrito, manchando de colores rojos y azules el pliego de fabriano que nos proporcionaron los organizadores. ¿Por que seleccione esos colores? no lo se, creo que buscaba un morado, mi intención era oscurecer el fondo para pintar en colores claros mi personaje (o los que resultasen de la lectura) en primer plano. Una vez que tenia definido el que seria el último plano, decidí pintar un suelo verde, por donde caminaría mi personaje.
Al momento que pintaba una niña se acerco con su mama y también quería pintar, no pude decirle que no, que era una actividad para grandes, así que le acerque una hoja le preste un pincel y la pintura de su gusto y comenzó a pintar, se que lo importante no sucede en el papel, lo que sucede ocurre al interior de quien realiza la actividad, por eso no podía ser egoísta con la niña impidiendo esa experimentación.
Me recordó a mis sobrinos pasamos horas pintando, cada uno en lo suyo y lo mejor no necesitan asesoría porque realizan su actividad con toda seguridad.
Cuando termino me dio las gracias y se retiro, como en otras ocasiones, la niña estaba dejando su dibujo, supongo que así sucede en las escuelas, lo tome y se lo di, siempre pasa que lo reciben como un regalo. Cuando ella se fue llegó otro niño y se repitió la historia.
Abajo el aspecto de la obra al terminar la primera fase, la pintura de fondo. En este momento leo por fin lo que se a escrito, con la limitante de que me tengo que adaptar a lo que ya hice, me resultaría mas complicado idear toda la obra desde cero y pasa que mi imaginación no concuerda del todo con el resultado final de la obra, en fin que eso me causa mas presión y mas frustración, por eso lo resuelvo pintando el fondo y adaptarlo a lo que venga.
A continuación la foto compuesta del texto que ilustré.
Me quede en principio con dos párrafos: "El niño me miro también con algo de recelo. Le sonreí para tranquilizarlo y a la vez hacer lo propio" Gerardo.
"Me sentí en comunión, era una cara desconocida, pero algo me evitaba huir. La curiosidad me invadio, entonces pregunté su nombre. Ninguna palabra se pronuncio, solo una sonrisa indescifrable." Alfonso.
Como la niña que se había acercado a pintar conmigo, seleccionó el azul cielo para pintar, decidí seleccionar el mismo para pintar la ropa de mi personaje, en un momento de espontaneidad, motivado por mi amiga Guille, pinte sus cabellos de ese mismo color, mi intensión era pintar encima otro color, lo mismo hice con los dientes, tenía planeado pintar de blanco y dejar estos rastros de pintura para matizar el fondo, tratando de conseguir volumen en los dientes, por lo mismo, utilice el color azul para dar volumen a los ojos. Releí lo que habían escrito
En este punto me pareció una imagen fantasmagórica y regrese al texto para saber que no se contradecía mi imagen con el texto, leí los siguientes párrafos y aunque no se menciona una aparición, si resultaba una presencia extraña habitando un "lugar de recuerdos que añoraban tantas personas" en un lugar que paradójicamente parecía haber vida. Fueron suficientes claves para mi para concluir mi obra.
Por último las tres primeras imágenes de lo que bien podría ser una secuencia de una misma historia. la mía con el nombre de "una sonrisa indescifrable". Abajo la de la derecha de Valeria Gallo y a la izquierda la ilustración de Yadira Martínez.
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